No es exagerado decir que el desperdicio está en el centro de la industria de la moda. El modelo imperante de moda rápida (fast fashion) entiende la ropa como un bien de usar y tirar e inevitablemente estas prácticas generan 92 millones de toneladas de residuos textiles al año, de los que el 87% termina en un vertedero.
Debemos poner el foco en un cambio completo de modelo. Y cada vez más estudios demuestran que las prácticas de descarbonización para ralentizar el cambio climático solo resolverán la mitad del problema.
Para alcanzar el verdadero cambio necesitamos urgentemente avanzar hacia la circularidad en el sector textil. La gran pregunta es ¿cómo?
Acelerar la transformación circular del textil
A pesar de las sonadas críticas que el sector textil ha acumulado durante más de una década por su alto coste medioambiental y social, el modelo productivo no ha sufrido grandes cambios. Aún poniendo en valor el esfuerzo general por incorporar prácticas más sostenibles, la realidad es que en 2023 la industria textil seguirá siendo uno de los sectores con mayor impacto sobre el medio ambiente.
Y es que aún predomina una industria basada en la producción lineal, que promueve el sobreconsumo y las prendas rápidamente desechables. Quizá porque imaginar un futuro próspero en el que la ropa mantiene su valor durante su ciclo de vida y se reincorpora a la economía tras su uso, requiere un ejercicio profundo de adaptación al nuevo paradigma.
Medir
Como bien dijo el físico y matemático británico William Thomson Kelvin, “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”.
Al igual que la huella de carbono es una medida homogénea y transversal en el marco de las emisiones de gas invernadero, en T_Neutral proponemos el uso del término “Huella Textil” para medir y trazar las toneladas de textil, útil o descartado, emitidas a lo largo de la cadena de suministro de un productor textil durante un tiempo determinado.
Establecer una unidad de medida unificadora es clave para empezar a avanzar hacia la circularidad ya que nos permite establecer un marco de actuación universal.
De esa manera podremos empezar a comparar iniciativas de gestión de recursos y residuos, estableciendo las prácticas más eficaces a la hora de optimizar dicha “Huella Textil” y marcar objetivos de mitigación y circularidad tanto de manera individual como a nivel industria.
Optimizar
El siguiente paso en nuestro camino hacia la circularidad es establecer unas prácticas de optimización del textil emitido adecuadas para cada caso (eliminar, minimizar, hacer más circular, aprovechar…), en un constante proceso de evaluación y mejora.
Esta fase cuenta actualmente con multitud de oportunidades y estrategias contrastadas, así como prácticas en pleno desarrollo. Entre ellas, podemos destacar el prototipado o muestrario digital, el uso de tejidos y técnicas que garanticen durabilidad , reciclabilidad, despiezado, optimización de los descartes postindustriales o servicios de reparación de prendas.
Contribuir
Medir, trazar y optimizar son prácticas de circularidad ideadas para mantenerse indefinidamente, en constante evolución hacia una circularidad cada vez más eficiente. Sin embargo, lamentablemente no son suficientes para resolver el problema a día de hoy.
Necesitamos un mecanismo que nos permita gestionar de forma adecuada aquella cantidad de textil que se emite y cuyo final de vida queda fuera de control, además de, por supuesto, toda la ya acumulada a lo largo de décadas de producción lineal. En ese sentido, la contribución es una herramienta realmente eficaz para abordar el problema.
Ya sea a través de sistemas regulados de RAP textil (Responsabilidad Ampliada del Productor) o contribuyendo voluntariamente a través de créditos textiles como los propuestos por T_NEUTRAL, la contribución permite una gestión eficaz de las emisiones textiles inevitables y actúa como dinamizador de los proyectos de recuperación de residuo textil en el Sur Global, uniendo de forma directa al productor con el proyecto en primera línea de residuo. Esto contribuye a su vez al desarrollo sostenible de las zonas donde el textil descartado es más problemático, lo cual combinado con las prácticas de medición, trazabilidad y optimización de residuo textil podría acercarnos paulatinamente al sueño de un horizonte libre de desperdicio textil.
Si quieres profundizar o necesitas más información sobre la metodología de medición y las fases de reducción y contribución puedes encontrarla en este documento, poniéndote en contacto con nuestro equipo o suscribiéndote a nuestra newsletter.